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Los hijos mellizos del mítico ciclista kazajo afrontan su primera carrera profesional en Omán con 19 años. El hermano pequeño de Miguel Ángel López, también presente.
Marco GonzálezOmán
De tal palo, tal astilla. Una expresión que se utiliza para referirse a las cualidades que los hijos adquieren de los padres de forma similar, ya sea para bien o para mal. En la historia que nos ocupa hoy, todavía está por ver hacia qué lado se inclina la balanza, pero no parece que sea en el bueno... En los años 2000, uno de los corredores más mediáticos, ángel y demonio (dopaje y posibles amaños deportivos), sin duda fue Alexandre Vinokurov. El kazajo, ganador de La Vuelta 2006 y campeón olímpico, se retiró por todo lo alto con el oro en Londres 2012, ni más ni menos que con 38 años. Gallina vieja hace buen caldo, que diría Valentino Rossi...
Ahora, en labores de mánager y mandamás del equipo Astana Qazaqstan, Vino está dando continuidad a su legado, veremos si de la manera que a él le gustaría. Sus hijos mellizos, nacidos el 7 de julio de 2002, están debutando esta semana en el Tour de Omán en una carrera profesional, gracias en buena parte su progenitor. Y es que, al menos por ahora, cuesta creer en el talento de Nicolas y Alexandre, nacidos en el mismo año que un tal Juan Ayuso, cuyos méritos propios (tras su formación en el filial del Astana) no pasan de un 71º y 91º puestos, respectivamente, en el Tour del Porvenir que precisamente el español estuvo peleando hasta su caída. Nico, curiosamente, coincidió con el diamente español en 2020 en categoría júnior, por ejemplo, en una Vuelta a Talavera donde Ayuso miró al kazajo (2º) desde lo más alto del podio. En los modestos nacionales de Kazajistán también estuvieron lejos de brillar, poniendo fin a un período sub-23 sin victorias, ni podios, para dar el salto al profesionalismo. Un dato radicalmente opuesto a lo que hacen actualmente los ciclistas prometedores que queman etapas de forma fugaz hacia la élite a base de victorias o buenos resultados. Unos llegan contrastados, otros nacen con suerte...
Y ahí no acaba la cosa del 'Baby Astana' en Omán. Juan Carlos López, corredor de 20 años que también está debutando en la élite profesional en tierras árabes, es el hermano menor de un Miguel Ángel 'Superman' López que, al igual que la figura de papá Vinokourov, parece que también ha tenido cierta influencia en favor de su congénere. El joven colombiano cuenta todavía con mucha menos experiencia en carreras importantes del calendario sub-23 respecto al dúo kazajo, donde su 21º puesto en los Nacionales cafeteros de 2020 ha sido, prácticamente, su mejor carta de presentación para participar en carreras con el primer equipo. ¿Se les pegará algo de figuras como Nibali? ¿O serán los nuevos juguetes rotos del ciclismo? El tiempo lo dirá...
Fuente:www.as.com
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